Banquete #5 - Los recuerdos del huevo de Pascuas
Alrededor de ese símbolo, cada familia arma sus ritos. A mí me lleva a mi infancia y a la de mis hijos.
En el anecdotario de mi familia, mi mamá siempre cuenta una historia que yo lógicamente no recuerdo porque no estuve ahí. Cuando mi hermano mayor era muy chico (y me lleva 15 años), se alegraba en la Semana Santa esperando el domingo de Pascuas porque iban a “comer nnnnn y a tomar champán”. La onomatopeya intentaba imitar el cacareo de un gallo y en esa época todos nombraban así a la bebida burbujeante sin importar su denominación de origen.
En mi casa en ese entonces se hacía un gran pollo y se brindaba al final del almuerzo con una copita flauta de espumante, el que se permitía solo en las grandes celebraciones (entonces tampoco se pensaba en comer con burbujas y en copas anchas). Y se comía huevo de chocolate y rosca con pastelera que llevaba un huevo duro con la cáscara pintada con colorante.
Algunas cosas cambiaron: pero la rosca ya sin huevo (¡bromatológicamente prohibido!) y el chocolate, pese a todo (sellos negros y precios altos por la crisis global del cacao, entre otras cosas) siguen siendo símbolo de las Pascuas. La celebración más dulce, como me gusta decir.
Le robé a mi zia Anna una idea. Cada año, nos mandaba una foto de sus hijas rodeadas de todos los huevos que les habían regalado. Ya en la primera Pascua de mi hija, la senté con sus huevitos y después, con su hermano, repetimos la foto sentados sobre el baúl en el que mi mamá trajo todo su equipaje de Italia (no se usaban valijas, sino baúles) y que tengo restaurado en un lugar importante del living.
Es hermoso ver en el Google Fotos cómo fueron creciendo y cambiando sus caritas felices rodeados de huevos, conejitos y otras figuras de chocolate. En esa sonrisa, me encuentro con la alegría del huevo de Pascuas que a mí me regalaba mi madrina, mi tía Rosa: mi mamá trataba, con esfuerzo, de comprarme siempre un huevo todo de chocolate, decorado con flores de chocolate blanco. A mí me encantaba, pero amaba secretamente ese huevo de la tía Rosa que estaba siempre lleno por todas partes de glacé real. Recordar ese sabor cuando en la boca mordía el chocolate con el azúcar me transporta directo a mi infancia y al cariño de mis tías en sus comidas. Algún día les dedicaré a ellas un #Banquete...
Me preguntaba mientras escribía si tengo que volver a pedirles a mis hijos este domingo que se sienten sobre el baúl, considerando, básicamente, que ya mi hija hace ella huevos... El soltar el huevo de chocolate es un poco como soltar la tradición de Papá Noel. Hay una nostalgia subterránea que uno intenta ignorar, cuando en Nochebuena el tío de siempre ya no se pone más el traje rojo ni el almohadón de panza. Cuando a veces encuentro en la baulera el uniforme de Santa, añoro cuando venía por el fondo de la casa de mis cuñados en Ituzaingó.
En una nota en Clarín hace unos días, contábamos que, curiosamente, la gente elige hoy comprar huevos más grandes. Cuestión de ecuación económica, el contexto está haciendo revalorizar un ritual alrededor de este símbolo: uno solo para toda la familia, y juntarse a romperlo. En definitiva, de eso se tratan estas celebraciones: buscar una excusa para estar juntos y compartir, y lo que comemos es siempre un gran vehículo para hacerlo.
¿Cuál es tu recuerdo o tradición de Pascuas?
El primer viñedo porteño
Hace unos días, fui con un grupo de colegas a probar un anticipo del brunch de Pascuas que el hotel InterContinental va a servir este domingo. Y esa excusa sirvió también para que Ezequiel Rodríguez, el gerente de Alimentos y Bebidas, nos llevara a recorrer la novedad que tiene este 5 estrellas: el primer viñedo urbano de Latinoamérica. Sí, un pequeño viñedo en pleno Casco Histórico de la ciudad de Buenos Aires. Acá podés ver cómo es 👇
Y te dejo también una nota que escribí en Clarín con la historia del InterContinental, que acaba de cumplir 30 años, se convirtió en cábala xeneize, locación de una de las escenas más famosas de “Relatos salvajes” y, también, dueño de una anécdota muy poco conocida de Lionel Messi que la precisa memoria de Hernán Claus me ayudó a contar.
Agenda
Parque de Pascuas. Lo organiza la Ciudad todo este fin de semana en Plaza Seeber, Av. del Libertador y Av. Sarmiento. Hay actividades y espectáculos para chicos y un patio gastronómico. Gratis, de 12 a 18. https://buenosaires.gob.ar/pascuasenlaciudad.
Campeonato Argentino de Pascuas. Se hace en el Parque Municipal La Estación, Avellaneda, viernes y sábado de 12 a 20, con entrada libre y gratuita. Habrá más de 50 stands de chocolateros, alfajoreros y pasteleros, y se exhibirán 2 huevos gigantes de 2 metros y 50 kilos cada uno que se compartirán con el público.
Cocina abierta. El ciclo tiene su primera edición del año con una edición dedicada al Malbec, que acaba de celebrar su día. Viernes a domingo de 14 a 20, con entrada gratuita en la Plaza Seca del Palacio Libertad (Sarmiento 151).
Soundtrack - Carrie & Lowell (Sufjan Stevens)
Me puse nostálgica hoy… y elegí un disco que es tan tan tan hermoso, pero a la vez me hace llorar tanto… como si me estrujara un poquito el corazón. Carrie & Lowell es una obra maestra del músico estadounidense Sufjan Stevens. Disco durísimo, inspirado en la historia de la muerte de su madre y de los recuerdos de su padrastro, comienza con la hermosa Death with dignity, la canción de apertura de This is Us. Para escuchar con un pañuelo en la mano.
Gracias por leerme ❤️
Adriana
Archivo
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